Esta entrada sobre «Marca personal-marca profesional ¿Juntas o revueltas?« participa en #CarnavalSalud de la Wikisanidad
¿Quién no recuerda esta famosa frase, que ha quedado en los anales de la TV, como reflejo de todo un carácter y quizá de la inoportunidad de un comentario?
Todo ocurrió en un plató de televisión en el año 1993, con Mecedes Mila distribuyendo el tiempo y las preguntas, y varios invitados entre los cuales estaba el inefable Francisco Umbral.
Si quieres ver lo que pasó, aquí está el vídeo:
Muchos han querido ver en la bravata, el reflejo de una personalidad arrogante, engreída y falta de un mínimo de tolerancia a la frustración. Sin embargo parece que la intrahistoria es otra, y lo que ocurrió tiene que ver con una promesa incumplida, la de hablar de su libro (“La década roja”), por presiones políticas de última hora.
Umbral también hace mención de su actividad como articulista, que es donde dice vuelca sus opiniones, “además cobrando”, cosa que no iba a hacer en el programa al que acudía sin remuneración alguna.
Traigo aquí la anécdota pues creo que la frase famosa me puede servir de guía para comentar el tema objeto del post, marca personal vs marca profesional en las redes sociales enfocándolo desde el punto de vista del mensajero, contenido del mensaje y del medio de difusión.
“Yo”
Queda claro que el que se comunica es alguien con entidad física y personalidad propia. Ahora bien, la parte de nuestra persona que se comunica, es lo que determina la importancia del contenido.
Si hablo como profesional de la salud, se me exigirá no cometer errores en la materia de la que se supone debo estar informado, so pena de perder el poco o mucho prestigio profesional que tenga.
Mi opinión sobre un tema médico a debate, tendrá distinta validez y peso especifico que si la hace un lego en la materia.
Por otra parte, el “yo” médico se ve modulado por cualquiera de las otras facetas de tu personalidad que muestres en tu perfil. Para bien o para mal, cualquier cosa que comentes o enseñes dará una imagen de ti más completa. Y eso tiende a gustar.
No se trata de que tengas distintas personalidades (puede que alguno si, pero eso sería una cuestión previa), sino que las redes sociales te permiten mostrar las parcelas de tu “yo” que deseas. Es una manera de empatizar con tus seguidores, que se harán una idea más completa de quien eres.
Parafraseando: “el que solo habla de medicina , ni de medicina habla”.
Si eres de los que no te muerdes la lengua, o te gusta dar salida a tu parte canalla, eres políticamente incorrecto, en fin,de los que poco le importa que se le vea el trasero siempre que no se vea la cara, lo aconsejable sería un perfil anónimo. Si con todo lo anterior, además muestras quien eres, a eso le llamaría “perfil autodestructivo”,
Todo esto se sale de los valores que se esperan de un profesional de la salud y desconozco si existe algún perfil sanitario de este tipo.

Siempre hay alguien, que ve al hombre invisible.
Muchas veces la omisiones dicen más de nosotros que lo que trasmitimos de forma activa.
Es muy llamativo como algunos aconsejan de forma reiterada con sus #FF perfiles que ellos no siguen. Forzados por los #FF en bloque, lo que si funciona es el mínimo de hipocresía social, también necesario en las redes sociales.
Volviendo a nuestro hilo conductor, Umbral solo quería mostrar su parte de escritor y básicamente para promocionar su libro, lo cual no impidió que su reacción acrecentarse la fama de soberbio y vanidoso que ya tenía. Eso sí, al final su libro salió a la palestra.
En este caso el perfil literario queda ensombrecido y posiblemente perjudicado por el perfil mediático, cosa que no parece importar al escritor.
¿Algunos fines justifican algunos medios?
“He venido”
En el mundo 2.0 no necesitas permiso de nadie para mostrarte o postularte como seguidor de alguien. Eso en principio democratiza las relaciones. Tu perfil, tu bio, habla por ti, es tu carta de presentación y eso atrae seguidores o te quita los que tienes.
Si entras como elefante en cristalería o despreciando bienvenidas ya estás mostrándote como eres.
Nadie te ha invitado, no hay anfitrión que salga a recibirte y aunque hay perfiles amigables que te ayudan en los primeros pasos, a la larga solo recibirás si aportas.
Umbral fue invitado con un compromiso no cumplido y se enfadó. La amabilidad en el perfil, sea personal o profesional, suele traer más ventajas que inconvenientes.
«Aquí»
El medio elegido puede condicionar la manera de mostrarte a los demás. En esto parece que las cosas están más decantadas.
Hay redes más profesionales, donde no encajan bien experiencias del ámbito privado y al revés. Ahora bien, las «borracheras» y los comentarios durante la resaca posterior, son tuyos, independientemente de la vía elegida para mostrarlos.
Nuestro escritor posiblemente equivocó el medio para hacer publicidad de su mercancía. Hay veces que el camino más corto y efectivo es pagar una campaña publicitaria.
“A Hablar”
Unos cuentan lo que les pasa durante el día, los libros que leen, los paisajes que ven, los deportes que realizan, los artículos que recomiendan, los problemas laborales…el caso es comunicar. Somos seres comunicativos; nos importa importar a los demás y saber que están ahí aunque no los veamos.
Tu perfil será la cristalización de los distintos temas que trates y como los abordes.
Alguien dijo que no deberíamos escribir nada que nuestra abuela no pudiese leer.
También hay algunos que miran y apenas dicen nada, pero si eso fuera la esencia, no funcionarían las redes. Son perfiles observadores y menos arriesgados; un lugar cómodo si no te sientes seguro del medio y quieres preservar tus opiniones. Eso también vale.
Nuestro protagonista quiso hablar y no pudo, así que tuvo que forzar la situación y alzar la voz. Facebook, twitter, linkedin…permiten expresarte sin pedir permiso y con muy pocas limitaciones. De estas te tienes que encargar tu; ante la duda, prefiero ser dueño de mis silencios.
“De mi libro”
El interés principal de Francisco Umbral era promocionar su libro, por lo tanto, un interés comercial. Para debatir del contenido, otros foros hubieran sido más adecuados y lo escrito, ahí estaba para el que lo quisiera leer.
Lo que cuentas en el libro habla de ti, pero para eso necesitas que lo lean. Tu perfil privado y personal se complementan y retroalimentan. A veces resulta inseparable realizar una labor intelectual y de divulgación con el logro de beneficios económicos. Es perfectamente lícito.
Cualquier cosa que hagas en las redes sociales tiene su repercusión en tu profesión.
Lo importante es administrar las herramientas que tienes a tu alcance sin que te perjudiquen a ti ni a terceros.
Pregúntate: ¿porqué estas ahí?, ¿para que estás?, ¿quién eres ahí?, ¿de que “libro” quieres hablar?
Ah! Y no te enfades si al final no lo leen.
PD: “Mortal y rosa” la gran obra de prosa poética de Francisco Umbral, escrita tras la oscura nebulosa que deja la muerte de un hijo, me permitió descubrir el “perfil literario” de este escritor, oculto tras el menos amable “perfil social”.
Eduardo Lauzurica. Dermatólogo
Paradigmático ejemplo con video muy elocuente y oportuno. Ingeniosa entrada ! un saludo
Gracias por comentar, me alegro que te haya resultado interesante.
Un saludo