La piel tiene una diferencia con respecto a otros órganos, y es que los signos de cambio y enfermedad están al alcance de la vista, con una simple observación. Esto es una indudable ventaja a la hora de hacer un diagnóstico precoz. De hecho, compañías de seguros médicos de otros países agilizan trámites, permitiendo que los pacientes acudan directamente a su dermatólogo, sin necesidad de valoración por un médico generalista. Lo que aparece en la piel no necesita la interpretación de un galeno para saber a que especialidad médica compete.

En algunas ocasiones esta ventaja se convierte en motivo de preocupación gratuito, bien por que el paciente tiene una personalidad hipocondríaca y cualquier cambio lo interpreta como un signo de enfermedad grave o bien porque la aparición de lesiones de forma brusca es un signo que produce alarma. Este último es el caso con la Pitiriasis Rosada.
La Pitiriasis Rosada (la palabra “pitiriasis” significa descamación), comienza por una placa aislada de forma circular. Es poco evidente y pasa desapercibida; no suele picar y tampoco es grande, ni inflamatoria. Se la llama placa “heráldica” y precede en unas 2 semanas al resto de lesiones. Sigue leyendo