
Puesta de sol en Wallis y Futuna. Foto: Romain
Una de las cosas que me fascina de internet es la impredictibilidad en el destino de tus contenidos. Para bien, y quién sabe si también para mal, llegamos a personas de lugares remotos como nunca habíamos imaginado. Alcanzado este punto del blog y después de acompañarme durante dos años, no puedo menos que “invitaros” en otro viaje virtual de celebración y agradecimiento, a uno de esos parajes ignotos. De momento no da para más…ni para menos.
El año pasado nos recreamos con los fantásticos paisajes antillanos de St. Kitts & Nevis, desde donde el blog tuvo el honor de ser consultado por un visitador único. Esta vez nos dirigimos a Wallis y Fortuna para seguir con la «tradición» de recalar en los destinos remotos en los que una persona, y solo una, recoge en sus playas digitales mi particular «mensaje en la botella». A diferencia de las botellas mensajeras de antaño, esta no se ha entretenido al albur de corrientes y vientos marinos. Ha encontrado un destino rápido y con acuse de recibo.

Islote en Wallis y Futuna. Foto: thierrybeauvilainouvrard
Tengo que agradecer a este lector del blog, a través del cual aprovecho para hacer extensivo el agradecimiento a todos los que lo seguís, el que haya despertado mi aletargado interés por esa zona del mapa mundi que tiene tanto de reminiscencias exóticas como de dificultad de aprehensión.
Estamos hablando del Pacífico Sur, con su infinidad de archipiélagos e islas y que solían quedar en último lugar en las clases de geografía. Si no tuviste un profesor apasionado del tema o te recreaste con los viajes del Capitán Cook y los libros de Stevenson (fallecido y enterrado en la isla de Samoa), te habrá pasado como a mí. Puedo nombrar unas cuantas islas que evocan el paraíso, pero difícilmente las podría ubicar.

Polinesia y Melanesia
Wallis y Fortuna forma parte de lo que se ha dado en llamar la Polinesia, un inmenso triángulo del océano Pacífico con cerca de 1000 islas, cuyos vértices serían:
- Hawai al norte
- Nueva Zelanda al oeste
- Isla de Pascua (Rapa Nui) al este
Se sitúa entre Samoa, al este y las islas Fiji, al oeste.
Las islas Fiji se incluyen en la llamada Melanesia, junto con Nueva Guinea, islas Salomón y Vanuatu; están más próximas a Australia.
Para completar el cuadro quedan más al norte, próximas a Filipinas, un grupo de islas que forman la Micronesia; las más relevantes son las islas Marshall, Carolinas, Nauru, Palaos, la isla de Guam y las islas Marianas del Norte (donde está la fosa del mismo nombre y más profunda del lo lechos marinos, 11034 m).

Wallis y Futuna (Polinesia) con las islas Fiji (Melanesia).
Volviendo a nuestro destino, Wallis y Futuna, lo componen dos agrupaciones separadas por aproximadamente 150 km:
- isla de Wallis
- islas Horns: (Futuna y Alofi)
Son de origen volcánico y la más grande, Wallis, en apenas 20 km la has recorrido de extremo a extremo. Los 20 islotes acompañantes están deshabitados, así como la más pequeña de las tres, Alofi.
Se dice que en el siglo XIX los habitantes de Alofi fueron atacados hasta el exterminio por los de la vecina Futuna. Separadas como están por un pequeño estrecho de agua, aquello debió adquirir tintes de batalla naval. Una vez consumada la matanza, siguieron los ritos de canibalismo, habituales en estas latitudes en épocas pasadas.

Isla de Wallis y su capital, Mata-Utu, con la barrera de coral. En oscuro Lalolalo, lago encráter volcánico.
Existe un lugar mitológico, auténtica reserva natural de agua, entrada que «nutría» a la isla considerada un ente con vida… y a sus habitantes. Es el lago Lalolalo, formado en el interior de un cráter volcánico de geometría circular casi perfecta (ver círculo oscuro en mapa anterior).

Lago Lalolalo. Foto: Romain
Wallis y Futuna, según la división administrativa francesa, país al que pertenece, se considera Colectividad de Ultramar desde 1961. Se rige por la constitución francesa y mantiene tres monarquías tradicionales.
Sus escasos 17.000 habitantes hablan walisiano y francés. Teniendo en cuenta que solo 1200 personas poseen internet (datos de 2008), es todo un honor haber llegado, servidores mediante, hasta tan exclusivo destino.
Mata-Utu, en la isla de Walli, es su capital.
Como es zona de ciclones y huracanes en 1998 la mayoría de plantaciones de banana fueron destruidas obligando a parte de la población a emigrar a Nueva Caledonia. Solo el 5% de la superficie es cultivable y una de las fuentes de ingreso es la copra, pulpa seca del coco, de la que se extrae el aceite de coco. Este aceite se usa en repostería y cosmética; la pasta residual, por su alto poder nutritivo, sirve de alimento al ganado vacuno.
Si has alcanzado este punto del «viaje», estarás deseando contemplar los paisajes que nos rodean. Abrimos una ventana…. y a disfrutar!
La escasa contaminación lumínica de estas latitudes permite estampas como la de la foto siguiente… y me surge una duda: ¿Habrá que llegar hasta estas islas del sur para, contemplando la infinitud de sus cielos y mares, vivir asumiendo la real dimensión de lo que somos?

Vía Láctea en los cielos de la Polinesia. Foto: thierrybeauvilainouvrard
Estoy muy agradecido por vuestra compañía.
Eduardo Lauzurica. Dermatólogo
Para hacernos cargo de que lo que somos, querido Eduardo, no es preciso llegar hasta estas islas del sur. Bastan nuestros cielos y nuestro mares patrios para darnos cuenta de que nada somos 😉
Un wallifutuno saludo.
Xose,solo personas sensibles y equilibradas dan respuesta a una pregunta retórica como esa.
¡Gracias por acompañarme en este viaje!