Pecas

Pecas o efélides

Pecas o efélides. Foto: Javmorcas

 

Voy a hacer una confesión: ¡me gustan las pecas!.
Ya estoy oyendo: “Claro, porque no las tienes”. Será por aquello de que valoramos lo que se nos niega… o quizá sea algo más profundo e inconsciente. Me inclino a pensar en esta última premisa y creo en la posible asociación a ciertos valores positivos, con varias opciones:

Juventud: Las pecas son más propias de la infancia o adolescencia y por lo general suelen desaparecer con los años.

Salud: Directamente relacionado con lo anterior.

Asueto y vacaciones: Son más intensas en verano y se aclaran en invierno.

Exotismo: Los que somos de raza mediterránea, tendemos a mostrar atracción por aquellos colores de piel y ojos menos frecuentes en nuestro entorno y mira por donde, las pecas son más frecuentes en pieles claras, ojos azules y pelos rubios o pelirrojos. Algunos directamente, dicen encontrarlas “sexys”.

No descarto en absoluto la influencia que pudo haber ejercido aquella pecosa-pelirroja de origen sueco, que durante años nos ilustraba con hechos fantásticos, envidia del niño que fuimos y que con el apodo de Pipi Calzaslargas ocupaba los momentos estelares de una televisión con un canal y medio.

Estoy convencido de que aquellas pecas de Pipi Långstrump eran el origen de sus capacidades y la salvaguarda de todas sus fechorías.

Las pecas de Pipi calzaslargas

Las pecas de Pipi Calzaslargas.

 

Sin embargo, estas “graciosas pintitas” no lo son tanto para muchos de los que las visten. ¿Hay alguna manera de convencerles de que no hay motivo para renunciar a ellas?. Adelanto que ambas cosas son tarea difícil.

Modelos de la talla de Gisele Bündchen, han hecho de ellas seña de identidad y en absoluto las ocultan…pero para gustos los colores.

Incluso hay tutoriales en internet para darte ideas de como simular pecas en un rostro sin salpimentar. Si quieres ver como se las pinta una forofa de las motitas en la cara, que hasta “pediría pecas para Reyes”, te dejo el enlace: “How to do freckles” 

 

Pecas y otras «manchas y lunares»

Cuando una peca es una peca de verdad, nada que ver con nevus melanocíticos, léntigos (juvenil y solar), y manchas “café con leche”, lo que ocurre es que hay más pigmento en la capa basal de la epidermis de forma homogénea, sin aumento de melanocitos, su célula productora.

El tamaño de las células suprayacentes, los queratinocitos epidérmicos, es normal, sin hiperplásia. Estas características son comunes a las de las máculas de mucosas, labial y genital, llamados léntigos de mucosas. Estos últimos cuando son múltiples pueden asociar pólipos intestinales (Síndrome de Peutz- Jeghers).
De diámetro menor a 3 mm, la gama de colores va desde el rojizo-cobre hasta el marrón oscuro, pero nunca negruzco, que sí lo alcanza el léntigo solar.
La cara es el sitio predominante para su aparición, pero también otras zonas fotoexpuestas como brazos y hombros.

Ah! que me faltaba decir que los dermatólogos también las llamamos efélides.

  • Las manchas «café con leche» son mayores  que las efélides o pecas, pudiendo llegar a diámetros de más de 20 centímetros. El incremento de pigmento está vinculado al aumento del tamaño de los melanosomas (estructura donde el melanocito deposita la melanina).
  • El léntigo solar o senil tiene queratinocitos de mayor tamaño, la hiperpigmentación es homogénea a lo largo de la capa basal de la epidermis y el número de melanocitos es normal, aunque pueden estar aumentados de tamaño. A esto se llama hiperplasia epidérmica de tipo lentiginoso.
  • En el  léntigo simple o juvenil se aprecia proliferación de los melanocitos en la capa basal de la epidermis, como unidades aisladas y sin llegar a formar nidos de un nevus juntural. Se observa una hiperplasia lentiginosa de la epidermis, con queratinocitos de tamaño normal y una pigmentación homogénea de la capa basal de la epidermis.

 

Pintas y más pintas

Pintas y más pintas. Foto: Alexandre Hamadas Possi

 

Sin que cunda el pánico, una advertencia hay que hacer. Esas pieles pecosas toleran peor el sol y tienen menos capacidad de protegerse contra la radiación lumínica.

En esto se ve implicado el gen del receptor del melanocortin-1, (MC1R), cuyos polimorfismos determinan la afectación funcional de la síntesis de melanina. A mayor afectación funcional predominan los fototipos y el color de pelo claros, así como la abundancia de efélides, léntigos solares y nevus melanocíticos y atípicos.

En el siguiente trabajo de Requena y cols. se constata cómo las características de presentación del melanoma cutáneo en la población española difieren según el grado de esta afectación funcional. Del mismo modo, estaría relacionada con el desarrollo de melanoma asociado a nevos en edades más tempranas, en áreas expuestas al sol de forma continuada y en pacientes con antecedentes de quemaduras solares graves. También esta relación es válida para el carcinoma basocelular y espinocelular.

Tener pecas significa una genética más predispuesta a la aparición de ciertos tumores cutáneos, que llegado el momento hay que controlar. Estos hallazgos podrían ser útiles para definir estrategias de prevención específicas en portadores de dichas alteraciones.

 

Situaciones especiales

Existe un grupo de enfermedades, muy poco frecuentes, que asocian alteraciones de pigmentación cutáneas (pecas o efélides, manchas “café con leche” de más o menos tamaño, aparición de múltiples nevus pigmentarios) a trastornos más serios de otros órganos como corazón, sistema nervioso central (retraso mental) alteraciones esqueléticas y hasta cierta predisposición a cáncer.

El problema surge por mutaciones germinales de los genes RAS. Estos genes intervienen en una cascada metabólica encargada de regular la proliferación, diferenciación, supervivencia y muerte celular.

Entre estas enfermedades, llamadas Rasopatías, las que producen alteraciones pigmentarias son:

  • Síndrome Leopard: pecas y manchas “café con leche” (algo más oscuras).
  • Síndrome de Légius: igual que el anterior y lipomas.
  • Neurofibromatosis tipo I : pecas en pliegues axilares e inguinales (signo de Crowe) y manchas “café con leche”. También hiperpigmentación difusa y zonas más claras (nevus anémico).
  • Síndrome de Costello: hiperpigmentación difusa.
  • Síndrome cario-faceo-cutáneo: máculas “café con leche” y nevus adquiridos múltiples.
  • Síndrome de Noonan: igual que el anterior.

Existe un solapamiento importante entre estos síndromes como podrás comprobar en este artículo.

Una vez más volvemos a constatar que la piel nos da señales de procesos complejos y con repercusión importante en la calidad de vida.

No estaría mal que os animeis a dejar una reseña en los comentarios y así sabremos si somos más los forofos de las pecas o ganan los «pecas-no-porfavor»

 

Pecas, esas pintitas graciosas

Pecas, esas pintitas graciosas. Foto: Culebra_XD

 

Eduardo Lauzurica. Dermatólogo

Ubicación en Madrid

Ubicación en Vitoria

3 comentarios

Archivado bajo Estética, Lunar, Manchas

3 Respuestas a “Pecas

  1. Apúntame al: pecas no, por favor.

  2. Isa Rodríguez

    Forofa de mis pecas, me encanta el verano. Eso de mirarme al espejo y ver mi cara cubierta de pecas.